Para algunos será bastante obvio. Es el nombre de una canción de Chico Buarque de Holanda que me encanta y que es además el tema musical de la la película Doña Flor y sus dos maridos, una cinta excelente y que, tal como este blog, reflexiona sobre esas sutiles diferencias entre el sexo, el erotismo y el amor.
¿Por dónde empezar?
Por cualquier lado en realidad. Esto no es un cuento, no tiene un principio ni un fin, más bien pretendo que para el lector -si es que hay alguno allá afuera- sea una experiencia propia a partir de mi propia experiencia al ir escribiendo, recordando, imaginando. Tal como lo dijo el poeta Giuseppe Ungaretti, la meta es partir. Sin embargo, si alguien quiere saber cuándo empecé, habrá de saber que lo hice cuando sonó la tercera llamada.
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