Acabo de ver una película que me dejó con una sensación de introspección muy grande, se llama El llanto de la mariposa (Le scaphandre et le papillon), una película francesa/norteamericana de 2007 dirigida por Julian Schnabel con Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner, Anne Consigny, Emma DeCaunes.
La cinta aborda la vida del periodista Jean-Dominique Bauby, quien sufre una embolia que lo deja completamente paralítico de los pies a la cabeza y su única forma de comunicación es el ojo izquierdo pues a través de parpadeos puede decir sí o no a lo que le pregunten.
Postrado en un hospital, a merced de las atenciones médicas y de la buena voluntad de sus familiares y amigos, el periodista pasa el resto de sus días reflexionando sobre su existencia y sobre la condición humana.
Me encantó la película porque, a pesar de ser una historia tremendamente dramática no es lacrimógena en absoluto, no busca la emotividad de los espectadores por el lado fácil sino que apela a la inteligencia, a la profundidad del pensamiento y también al sarcasmo para contar sobre su mundo.
Pensé en comentarla en este blog porque me dejó con un impulso de escribir sobre lo que pienso, lo que siento y lo que soy. Por eso, apenas llegué, abrí la computadora y visité este querido blog, donde cada tanto, expreso ideas sobre mi yo interior.
La cinta aborda la vida del periodista Jean-Dominique Bauby, quien sufre una embolia que lo deja completamente paralítico de los pies a la cabeza y su única forma de comunicación es el ojo izquierdo pues a través de parpadeos puede decir sí o no a lo que le pregunten.
Postrado en un hospital, a merced de las atenciones médicas y de la buena voluntad de sus familiares y amigos, el periodista pasa el resto de sus días reflexionando sobre su existencia y sobre la condición humana.
Me encantó la película porque, a pesar de ser una historia tremendamente dramática no es lacrimógena en absoluto, no busca la emotividad de los espectadores por el lado fácil sino que apela a la inteligencia, a la profundidad del pensamiento y también al sarcasmo para contar sobre su mundo.
Pensé en comentarla en este blog porque me dejó con un impulso de escribir sobre lo que pienso, lo que siento y lo que soy. Por eso, apenas llegué, abrí la computadora y visité este querido blog, donde cada tanto, expreso ideas sobre mi yo interior.