sábado, 21 de junio de 2008

Incertidumbre numérica


Nunca me he realizado un conteo bioespermático. A pesar de que me han comentado que es bueno saber el estado del semen para atender cualquier anomalía a tiempo, he hecho caso omiso de las recomendaciones. Por ello, en repetidas ocasiones me he preguntado si soy fértil en realidad o no.
Esto viene a cuento porque solamente una vez me he enfrentado al problema de que "posiblemente" haya embarazado a una pareja. Subrayo la palabra posiblemente porque en el tiempo en que se embarazó, ella estaba ya saliendo con otra persona y muy bien pudo ser el tercero en cuestión el que la preñó, aunque fue a mí a quien le tocó hacerse cargo del asunto.
Ella misma me lo confesó mucho tiempo después, cuando nos separamos. Ya no recuerdo si eso lo conté acá o todavía no. En fin, por hoy, ése no es el tema.
La cosa es que, fuera de esa dudosa ocasión en la que una pareja mía quedó embarazada, ninguna otra mujer con la que haya estado ha pasado por lo mismo. Es cierto que yo soy míster condón y a la menor provocación me pongo mi globito o no hay nada que dar, pero, de todos modos, siempre existe algún momento en que se corre algún tipo de riesgo, se rompe el condón o penetras primero un poquitín a "chile pelón" y después lo forras.
En los meses pasados, una de las últimas veces que me acosté con La Flaca, estuvimos cogiendo toda la noche y en una de esas el condón se rompió. Ella estaba a punto de que le bajara la regla y yo me di cuenta justo en el momento que el látex se venció. Sentí un crujido, una especie de tronido raro e inmediatamente me retiré. Me saqué de onda.
A la mañana siguiente comenté el asunto que ella y le pedí que se tomara una pastilla anticonceptiva de emergencia para evitar cualquier riesgo de embarazo.
Ella no protestó ni nada -a pesar de mis temores- y compró la pastilla y se la tomó delante de mí, para que yo estuviera tranquilo. Sí, me calmó la ansiedad porque no quería embarazar a La Flaca por nada del mundo.
Pero lo cierto es que no sé cómo ando en los asuntos de la fertilidad. Dicen que los hombres de hoy tenemos un conteo muchísimo más bajo que los de antes; que la vida cotidiana de la actualidad provoca una drástica reducción de la cantidad, motilidad y salud general de los soldaditos. Dicen también que factores como el estrés, la contaminación, la alimentación y otros, afectan el volumen seminal y su contenido. He escuchado también que usar la computadora sobre las piernas -como lo estoy haciendo en este momento- afecta a la producción de semen por dos razones, la temperatura -los espermatozoides resisten poco lo caliente- y la radiación emitida por el equipo.
En el contexto de que no tengo una pareja mujer con quien esté planeando hacer familia, que estoy en mis early fourties y que cumplo con muchos de los requisitos para ser un hombre reproductively challenged, igual y en una de esas mis balas son de salva.
Tal vez pronto me haga un examen y calme mi ansiedad en este tema. Por ahora, sigo usando condón como si de eso dependiera mi vida.