lunes, 17 de noviembre de 2008

Haciendo cuentas


Imagen tomada de: http://cuervo.obolog.com

Haciendo cuentas, hace un montón de tiempo que no tengo relaciones sexuales con mujeres. La última vez, según recuerdo, fue con La Flaca, una noche que nos la pasamos despiertos hasta casi hasta el amanecer. Follamos de lo lindo, una y otra vez, hasta que yo estaba seco y ella irritada.
Esa noche, según recuerdo, se rompió el condón en uno de los coitos. Ya no me acuerdo si conté eso acá en un post anterior. Yo sentí perfectamente cuando sucedió el percance y saqué mi pene inmediatamente. Me preocupó que hubiera algún riesgo de embarazo por el líquido pre eyaculatorio y le pedí a ella que, en la semana, se tomara una pastilla anticonceptiva de emergencia para evitar cualquier riesgo.
Ella accedió a hacerlo y no solamente eso, sino que nos juntamos un día para comer y delante de mí se tomó la píldora, como para que yo estuviera tranquilo de que, por su parte, no había ninguna intención de hacerme papá sin mi consentimiento.
Debo confesar que yo tuve sentimientos encontrados al respecto. Por una parte, la principal, estaba tranquilo de que ella no hubiera hecho ningún problema con el asunto de la anticoncepción. Yo fui el que se lo propuso y fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando el condón se rompió. Sin embargo, ese tema me parece que podía ser especialmente delicado para La Flaca, por dos cosas fundamentales: la primera es que ella está (o estaba, ya no sé) enamorada de mí y creo que en ese momento que tuvimos sexo todavía lo estaba, por lo que quedar embarazada de mí no le hubiera disgustado, creo; en segundo lugar, porque ella tiene ya 42 años y quizá esté en el último momento de su vida para embarazarse, por lo que tomar una pastilla anticonceptiva de emergencia podría estar, inconcientemente, en contra de sus propios deseos de ser mamá. No lo sé, no le pregunté. Como todas las cosas estremecedoras en la vida, no dijimos mucho, comunicamos solamente lo indispensable y, en aras de favorecer nuestra relación de amistad, dejamos lo demás para el analista, para la reflexión solitaria o, en mi caso, para contárselo únicamente a La Mujer del Bosque y escribirlo en este blog, claro.
Creo que, en el fondo, algo doloroso quedó en cada uno de nosotros. Algo que no dijimos, que no comentamos. Algo que me suena a que yo estaba explícita y afirmativamente insistiendo en que no podíamos correr el riesgo de un embarazo "no deseado". Lo escribo entre comillas porque ¿no deseado por quién? ¿por mí solamente? ¿por ella también? Qué locura, ni siquiera había un embarazo y yo estoy escribiendo aquí casi casi como si la hubiera obligado a abortar. No fue el caso. No tuvo ningún problema y la vida continuó como hasta ese momento.
También era una forma de aniquilar una posibilidad de ser padre. No, en realidad no me hubiera gustado estar en esa situación. Primero, porque no me atrae para nada la idea de tener un hijo con La Flaca, segundo porque me da escalofrío pensar qué podía pasar en la relación con El Señor de las Imágenes. Seguramente lo nuestro hubiera terminado y de una manera en la que yo me hubiera sentido culpable de todo.
Pero esa posibilidad de embarazo también me llevó a cuestionarme la relación con "mesié" como le dice La Mujer del Bosque. ¿Cuánto más vamos a estar juntos? ¿Seré padre algún día? ¿Qué pasa si lo nuestro continúa indefinidamente? ¿Seré capaz de vivir sin hijos y sin familia para siempre? ¿Qué demonios es exactamente lo que quiero para el futuro?
Después de esa noche. La Flaca y yo no volvimos a tener nunca más relaciones sexuales. Hace ya tiempo de eso, no recuerdo cuánto, quizá un año, tal vez un poco menos. Lo cierto es que yo cancelé cualquier posibilidad de seguir en esa ambigua y tóxica relación que hemos tenido, en la que hacemos el amor cuando yo no tengo otra cosa mejor que hacer, cuando estoy medio borracho, cuando alguna otra sustancia hace que todo me importe un bledo, incluso yo mismo. Esa, según creo, fue la última vez que yo hice el amor con una mujer... y ahora lo extraño muchísimo, no estar con La Flaca, eso no, sino sentir a mi lado el cuerpo de una mujer y vivir esa cosa deliciosa que es sentirse hombre junto a una mujer. Ya me toca.