viernes, 23 de enero de 2009

La conexión invisible

Imagen tomada de: http://www.internenes.com/dibujos/la-bella-y-la-bestia/bella-bestia-01/

La Morena de Ojos Grandes es una amiga que tiene unos quince años menos que yo. Estuvo enamorada de mí cuando ella tenía como diecisiete y yo como treintaidós. Estaba convencida de que ella y yo terminaríamos juntos porque sentía una atracción tan grande por mí que era imposible que yo no sintiera lo mismo por ella.
A mí, la verdad, me daba un poco de pudor tener esa admiradora con pretensiones de amante. En esa época, solo de pensar que ella era menor de edad me daba cierto escalofrío, sobre todo cuando me imaginaba que podríamos estar en la cama, yo disfrutando de esa piel de niña. No, eso no es para mí, nunca lo ha sido. A mí lo que siempre me ha venido bien han sido las mujeres de mi edad, de mi generación, de mi rodada pues.
La cosa es que esta niña se convirtió en mujer. En estos días cumplió veintinueve y, en todos estos años, nuestra relación ha pasado por muchas etapas. Después de mucho insistir, ella consiguió que nos fuéramos a la cama. Gran error por ambas partes. Por la mía porque yo no pude con lo que ya pensaba desde antes, que era demasiado chica, demasiado joven, demasiado inexperta para mí y me sentí mal, como fuera de ahí, como pensando ¿qué estás haciendo? No logré desterrar los prejuicios que acortaran la distancia entre ella y yo. Imposible. Para mí, quince años, francamente, eran muchos años, sobre todo en esa época. Ahora pienso que quince años ya no son tantos, pero eso depende de la persona en particular. Por su parte, el error se materializó en la incapacidad de gozar conmigo por querer satisfacerme y demostrarme que ella era una gran mujer, una hembra experimentada, una femme fatale. Ella pensó que, cuando nos fuéramos a la cama lo que haría sería disfrutarme, pero en realidad lo que hizo solamente fue tratar de impresionarme y acabó por no disfrutar nada.
Los intentos sexuales entre ella y yo se repitieron varias veces en estos años. Todos, sin excepción, fueron raros, incompletos, ajenos, frustrantes. Todavía me quedarían otros adjetivos para calificar aquello que fue. Todos negativos.
Hace un par de años, ella conoció a un hombre de otro continente. Se lo presentó una amiga, quien organizó un fin de semana en Acapulco. Esos días bastaron para conocerse, caerse bien, gustarse, irse a la cama, enamorarse y convencerse de que eran el uno para el otro.
La relación continuó por medios electrónicos durante algunos meses. No muchos, seis a lo más, hasta que ella consiguió los medios para ir a vivir con él. Dos meses o tres después de llegar a la tierra de él, se casaron y, hasta ahora, viven "felices para siempre".
No me extraña que lo que cuento haya sucedido. En estos años he conocido varios casos de amigas que conocen hombres que pertenecen a lugares muy lejanos y deciden seguirlos para hacer una vida juntos. El caso más reciente está sucediendo en estos días, con La Ricitos Colorados. Ya lo contaré en otro post.
Lo que aquí quiero comentar es que existe una enorme diferencia física entre ellos dos. Ella es muy muy muy guapa y sus habilidades para sacarse provecho vienen de una capacitación profesional en la materia, es decir, sabe lo que hace y lo sabe a nivel experto. En cambio él, es un hombre gordo, feo, medio calvo, de aspecto poco saludable, muy avejentado, es decir se ve mucho mayor de lo que realmente es. En fin, acá dicen que "rollo mata carita" pero eso creo que va más allá, que se trata de una comunicación muy especial, de un encuentro singular y de una experiencia, por lo menos la de ella, que no radica en la apariencia física, aunque no podría asegurarlo porque, a estas alturas, estoy seguro que ella pensará que su hombre es guapo y se sentirá físicamente atraída por él, por su físico.
Es que, de verdad, uno no se explica. Ella es una persona muy preocupada por su apariencia personal. Es experta en imagen, para acabar pronto. Él, en cambio, no es más que un desastre, y no son celos de mi parte ni nada. Tendrían que ver para creer.
¿Qué sucede entonces en la cabeza de La Morena de Ojos Grandes? ¿Cómo logró conectarse con este hombre cuyo aspecto hace que esa pareja se asemeje a La Bella y la Bestia? ¿Dónde radica esa magia?
Ella me contó que, cuando se conocieron, la conversación fluyó de una forma increíblemente natural. Que empezó a sentirse atraída por él sin poder controlarlo. Que sentía que él verdaderamente la escuchaba. Que todo lo que él le contaba le parecía maravilloso, alucinante, nuevo. Cuando se fueron a la cama, dice ella, la conexión sexual fue increíble, nunca había experimentado el sexo de esa manera, no por lo acrobático, ni por las habilidades sexuales de él, sino porque ella "lo sintió dentro", en su alma, sintió que ellos dos se fundían en uno solo. ¿Pos qué tendrá este compadre? La verdad, no lo sé pero creo que mi amiga encontró en él un secreto, que resolvió un misterio, o tal vez se trate de lo contrario, que se enfrenta todos los días a un misterio irresoluble que la atrae hacia él irremediablemente.
¿Cómo entra un hombre así en la esencia de una mujer? ¿Cómo la penetra de esa forma en la que puede dejar de importar todo lo demás? ¿En qué momento de la vida de una mujer sucede aquello de sentir que ningún parámetro utilizado antes para saberse atraída por los hombres funciona en este caso? Si la pareja es sexo y el sexo es atracción y la atracción es física, es corporal, ¿cómo sucede esto que está sucediendo?
Ojalá que vivan felices por mucho tiempo y que ese misterio no se disipe.

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