lunes, 6 de julio de 2009

Estos días


En estos días que corren yo me la paso de la casa al trabajo y del trabajo a la casa. Las pocas interrupciones de esa rutina consisten en actividades igualmente rutinarias, como ir al supermercado, hacer algún trámite o meterme a ver alguna película. Una o dos veces en la semana visito a mi mamá. Nunca visito a mi papá.
En estos días la crisis económica que mantuve durante algún tiempo ha sido eliminada y quisiera que eso se mantuviera así por mi propia conveniencia económica, que es también salud emocional. No era nada de qué preocuparse. Se trataba de una deuda menor, pero no tener deudas económicas por lo menos me ayuda a sentir que ha tenido sentido este largo periodo de vivir que si aplicara una economía de guerra, sin hacer ningún gasto superfluo, controlando cada peso.
En estos días me sigo preguntando si voy a realizar un día mis sueños profesionales, si por fin daré el paso para embarcarme en una aventura académica nueva que me haga redireccionar mi carrera profesional y finalmente dedicarme a lo que yo creo que más me gusta hacer. Me estoy preguntando si hay una olla llena de monedas al final del arcoiris y en qué consisten esas trabas que me impiden alcanzar mis sueños.
En estos días también me pregunto por mi edad y por la oportunidad que tengo para hacer cosas nuevas. Formar una familia, tener hijos, casarme, cambiarme de trabajo, mejorar mi situación económica. También pienso si en verdad quiero hacer todo ello o simplemente se trata del funcionamiento de mi estado mental, una añoranza perpetua, una constante insatisfacción, una permanente sensación de algo inacabado, incompleto, imperfecto.
En estos días no hago ejercicio y me la paso pensando que quiero bajar de peso y que debería tener una mejor dieta y que mi condición física es un desastre y que eso seguramente me traerá consecuencias en un plazo más o menos breve. Pero cuando dejo de pensar en ello, vuelvo a pegarme a la computadora, sentado en mi escritorio o acostado en mi cama, pensando en que debería hacer ejercicio y bajar de peso.
En estos días tengo una pareja que me quiere mucho, que me adora y que se encarga de decírmelo todos los días. Pero al mismo tiempo me pregunto si acaso no soy una especie de tabla de salvación para una soledad que es concreta y avasallante. Me pregunto si acaso me quiere porque doy más de lo que debería. Tengo una pareja que quiere estar conmigo, que quiere seguir en pareja conmigo y yo no me siento tan seguro de hacerlo porque sé que estoy sacrificando mucho más que él. Y cuando pienso todo eso me siento egoísta y mal.
En estos días pienso siempre en mujeres, en ganas de tener diez años menos para sentir el entusiasmo de salir, de socializar más, de divertirme. Me gustaría tener más ánimo y más dinero disponible para hacer eso, para pasarla bien sin preocuparme de nada.
En estos días me comparo profesionalmente con mis amigos de la universidad y pienso que muchos de ellos me han dejado atrás, muy lejos, especialmente en lo que se refiere al aspecto económico. No tanto en el aspecto intelectual, académico. Sigo siendo el culto y el inteligente para muchos de ellos. Pero muchos de ellos, creo, estarán ganando en estos días mucho más de lo que gano yo.
En estos días conecto por las noches la computadora y veo pornografía. Me masturbo. Apago la computadora y me duermo. En la mañana muchas veces repito la sesión antes de levantarme para ir a trabajar.
En estos días pienso que mi mamá sabe que tengo una pareja de mi mismo sexo y que se hace la loca para llevar la fiesta en paz. A veces, por el contrario, pienso que no, que ni se imagina lo que pasa realmente en mi vida y eso me hace sentir culpable.
En estos días quisiera sentir lo que alguna vez sentí que era mi cuerpo. Algo lleno de energía, muchas ganas de hacer el amor. Me gustaba sentirme bello y joven. Hace tiempo que no tengo la sensación de ninguna de las dos cosas. Pensaba que un día más era un día menos y que había que aprovecharlos todos para el sexo y el placer. Ahora no pienso eso y los días pasan a la misma velocidad que antes.
En estos días y desde hace algún tiempo, he pensado que estoy sufriendo una depresión y que necesito pastillas para ver mejor las cosas, para descansar mejor en las noches y para controlar mejor las ganas de ya no seguir.
En estos días hay días que no son como estos y que, aunque esporádicos, me reafirman que la felicidad no es euforia, que la vida no es un permanente estado alterado, que, por el contrario, tiene el sentido de una colina de suaves curvas que muy de vez en vez se alteran con nuevas formas y que yo voy navegando en ellas, como surfeando por encima de sus líneas y trato de sentir que sigo vivo.

No hay comentarios.: