jueves, 7 de junio de 2007

Preferencias



Tengo algunas preferencias en la cama bastante bien identificadas. Eso es lo que constituye, por decirlo de algún modo, mi "estilo" de hacer el amor.

Me gusta, por ejemplo, hacer el amor por la tarde. Es mi hora favorita. Como a las 6 y ver cómo se va oscureciendo al tiempo que estoy haciendo el amor con alguien. Tal vez ese gusto venga desde mi relación con Tita, ya que con ella hacíamos el amor en las tardes cuando nos hicimos novios. No lo sé. De cualquier manera ese momento del día es uno de mis preferidos, siempre lo ha sido. Tiene algo que me hace sentirme sensible, íntimo, sensual.

Me gusta hacer el amor con música. Tengo mucha que sirve para esos propósitos. Creo que incrementa la sensualidad del encuentro. A veces, uno puede hacer el amor al ritmo de la melodía. En otros momentos simplemente es un acompañamiento más de la atmósfera. Por ahí había mencionado uno de mis discos favoritos para hacer el amor. Aquí van otros más: Blue light 'til dawn, de Cassandra Wilson, Drag, de K. D. Lang, el soundtrack de la película The Moderns, con música de Mark Isham e interpretación de Charlelie Couture, Simple Things, de Zero 7, Iluminated Audio, de Gigi, One quiet night, de Pat Metheny y Streams of ageless rhythm and song merge, de Sunyata Vas. Eso por mencionar apenas algunos.

Me gusta mucho acariciar, incluso más que ser acariciado. Por querer ser particularmente dominante en el sexo, me gusta llevar a mí el ritmo de las caricias. A veces siento que algunas caricias, en vez de ser placenteras, son molestas o llegan a causarme cierto dolor. No sé por qué, pero a veces siento la piel muy sensible. En cambio me encanta sentir la piel de otra persona.

Para mí el olor es primordial. Me tiene que gustar el olor de la persona con la que hago el amor. Durante muchos años estuve atado al olor de una persona y me di cuenta que el olfato era algo más importante para mí de lo que realmente pensaba. He hecho el amor con personas cuyo olor me desagrada y eso hizo que nunca disfrutara del sexo con ella. La Flaca se encuentra en esa lista.

Adoro hacer sexo oral. Me encanta. Soy adicto. Tanto a mujeres como a hombres, pero disfruto mucho más el sexo oral con las mujeres. Es fundamental para mí. Puedo estar horas, no me importa cuanto tiempo. Alguna vez, trabajando en el asunto de la prevención del sida le dije a un compañero "no me importa si me infecto un día, nunca voy a usar protección para hacer sexo oral". Creo que eso sigue siendo cierto todavía. Una de las mujeres con las que he estado tenía el sabor muy fuerte, pero igual y así me gustaba. Otra más no tenía sabor a nada y yo no sabía si eso era bueno o malo. Me gusta que me hagan sexo oral, pero soy impaciente cuando alguien no lo sabe hacer y, en todos los años que llevo siendo sexualmente activo, me he encontrado con pocas personas que realmente sepan qué es hacer sexo oral. Por último, creo que no soy muy bueno haciendo sexo oral a los hombres. Me canso, me aburre un poco, no sé. Me gusta, pero no tanto como con una mujer.

Empiezo lentamente. No penetro a la primera. Si hay tiempo, me gusta hacer las cosas con la mayor calma posible. En general las sesiones de sexo me gustan prolongadas y no me gustan tantas en una misma noche. Dos o tres es más que suficiente en un día en lo único que hay por hacer es el amor. También me gusta la cosa muy calmada, muy suave. No a todo el mundo le gusta así. La Uruguaya Atormentada tenía otro estilo, muy agresivo, fuerte. No es el mío, definitivamente.

Me gusta lamerlo todo. Senos, abdomen, espalda, nalgas, vagina, pene, ano, pies. Lo que sea. No tengo problemas con ninguna parte del cuerpo siempre y cuando esté limpia. La estimulación bucal es básica para mí.

Me gusta hablar cuando hago el amor. Me gusta conversar. Me gusta preguntar si esto está bien o más fuerte o más despacio. Me gusta inventar fantasías en común, imaginando mundos posibles, escenas que no haríamos en la vida real pero que estimulan la energía sexual.

Mi posición preferida, ya lo dije por ahí, es el doggie style. Hay algo acerca de las nalgas que me enloquece. En términos porno soy todo un assman.

Me gusta avisar cuando me voy a venir y me gusta también que me digan cuándo se están viniendo, es muy importante. Me molesta cuando alguien no lo hace evidente. Su placer es el placer que yo busco para mí placer.

Aunque tengo un dildo que he usado con algunas parejas, mi preferencia es hacer el amor sin ningún aparato. No soy muy fan de los gadgets a la hora del sexo, aunque estoy dispuesto a probar. Sobre todo se me antojan las perlas que se introducen en el ano. Un día me compraré una de esas.

Me gusta hacer el amor frente a los espejos. Eso de mirarse es como ver una película porno, pero saber que quien la protagoniza es uno mismo. Es muy poderosa esa estimulación para mí.

Me gusta también hacer el amor en la ducha, con el agua caliente corriendo por los cuerpos, con el cuerpo enjabonado, con vapor por todo el baño. Eso es una maravilla.

A pesar de que no soy tan fanático de la prenetación, sí me gusta que me introduzcan un dedo en el ano cuando estoy penetrando. Eso es delicioso. El orgasmo se vuelve una experiencia completamente diferente.

Ahí está. Si alguien quiere tips para regalarme una noche espectacular, ahí están las sugerencias.

1 comentario:

bajmein dijo...

eres grandioso escribiendo, haces que me transporte a un mundo de erotismo al cual incluso me causa un poco de envidia, chido por ti man, ojala y sigas escribiendo este tipo de cosas.