jueves, 17 de mayo de 2007

Mi cuerpo


Tengo 42 años ahora en 2007 y mi cuerpo está cambiando. En realidad ha cambiado todo el tiempo, lenta e imperceptiblemente. Cuando veo fotografías de hace años, me veo flaquísimo y no puedo creer que en esa época me sintiera a veces un poco pasado de peso. Ahora tengo que luchar contra los efectos de la edad para no subir demasiado de peso, sobre todo con la vida sedentaria que llevo. Horas y horas de oficina, en fin...

Sin embargo, amo mi cuerpo. El placer que me da sigue siendo infinito. Me encanta estar desnudo en mi casa. Me gusta acariciarme, agarrarme las nalgas, el pecho, sobarme el estómago. Me gusta bañarme y quedarme sin ropa después de salir de la ducha. Tengo una rutina los domingos por la noche que consiste en que me meto a bañar con agua bien caliente, prendo un toque y le doy unos golpes antes de entrar a la ducha. Me demoro bajo el chorro del agua y muchas veces me rasuro con calma porque tengo un espejo ahí. Me limpio con abundante agua y jabón y, cuando termino de ducharme, me envuelvo en una bata blanca de toalla que tengo, super gruesa y me aplico en la cara loción para después de afeitarme, me lavo los dientes y uso también crema para los labios. Luego, cuando estoy recostado en la cama, bajo los efectos del toque que me dí, pongo música, me pongo crema relajante en los pies y empiezo a masturbarme. A veces uso un dildo. No soy muy afecto a la penetración pero, cuando es suave y de preferencia controlada por mí, puede tener efectos verdaderamente placenteros. Estoy acordándome de mi rutina de baño y estoy empezando a excitarme. Tal vez la haga hoy que es jueves, no importa.


Duermo sin ropa, siempre o casi. Solo me pongo algo cuando baja demasiado la temperatura, pero tiene que hacer frío de verdad para que opte por usar algo para dormir. Me doy muchas vueltas cuando estoy durmiento y la ropa se me enrreda. Prefiero la desnudez. Además de la comodidad, el contacto con las sábanas es delicioso. Me excita fortarme desnudo contra las sábanas de mi cama o bien cuando estoy en un hotel y puedo bañarme antes de dormir. La combinación ducha nocturna y cama inevitablemente me lleva a la excitación y muy seguramente al orgasmo.


Hago más cosas desnudo en mi casa. Me gusta leer desnudo y, cuando estoy en pareja, también me gusta la desnudez. Tal vez me guste porque es prohibida en otros ámbitos pero también he pensado que sería mejor que pudiéramos disfrutar de nuestros cuerpos más y mejor. He estado desnudo en alguna playa mexicana y en general me encanta el desnudo en ambientes exteriores. Tiene algo, no sé si transgresor, liberador o qué, pero me gusta.
Me gusta verme en el espejo. Revisar si estoy en forma todavía o tengo que hacer ejercicio. Pero me gusto, me gusta verme. Me gusta peinarme. En mi casa tengo un gran espejo en el baño, que da directamente a la ducha así que es cosa de correr la cortina y ahí puedo verme, completamente mojado, o incluso puedo ver cómo me baño, cómo corre el agua por mi pecho. Me encantan los espejos.
He hecho muchas cosas con mi cuerpo. He amado con él y me han amado. He hecho todo el sexo que he podido pero todavía quiero más. Quiero cosas nuevas. He penetrado y me han penetrado, hombres y mujeres. Desde hace muchos años esa diferencia no me importa cuando se habla estrictamente de sexo. No me quedé con la duda, pero aún tengo otras dudas. Con este cuerpo voy a satisfacer la curiosidad. Es el cuerpo que tengo y el que quiero.

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