jueves, 24 de mayo de 2007

¿Qué buscas con el sexo?



Hace unos días leía en otro blog una reflexión de Mr. Pervert sobre lo que se paga cuando se paga por sexo. Para aquellos que puedan leerlo directamente en inglés, la liga para ir a ese post está aquí. Para los que les cuesta más trabajo hacer eso, voy a permitirme traducir libremente un fragmento de lo que él dice:

Cuando empecé a ir a clubes de strippers pagaba por la fantasía. Me gustaba creer que una mujer atractiva estaba interesada en mí y tenía la voluntad de involucrarme en la autodecepción en torno a que fuera yo o mi billetera.

Después pagué por experiencias inusuales. El post de Nevada menciona mi ménage à trois, pero hubo otras, más extremas, que serán sin duda futuros posts.

También pagué por la sensación de insensibilidad. No hacerme pensar o sentir acerca de mi vida, porque los sentimientos sexuales son más fuertes y borran lo demás.

Al tiempo que me fui recuperando, pagué por la habilidad. Estoy pensando particularmente en los masajes corporales, donde las sensaciones creadas por una profesional han sido mejores que las de cualquier amateur con la que haya estado. Hay algo valioso en la energía y el entusiasmo en una amateur, pero es como el corte de pelo, si realmente quieres un buen resultado será mejor que le pagues a alguien con un poco de entrenamiento.

Y he pagado por la claridad del intercambio. Hacia el final de mis días de soltería empecé a disfrutar la relajación y liberación de no tener que estar adivinando. Una transacción monetaria elimina toda la amigüedad en torno a si vamos a ser monogamos. De acuerdo con lo que aprendí con Valentine's Day I was a Cad algunas veces lo que las mujeres dicen no es realmente lo que sienten. No tengo que adivinar o suponer cuando estoy sacando los billetes.

No pagué por el sexo. Pagué por algo que venía junto con el sexo. Y reconocer la razón por la que realmente estaba pagando ha significado una enorme diferencia, tanto en haber tenido buenas experiencias como en encontrar alternativas ahora que estoy casado.

Perdonen ustedes los errores y las inconsistencias en la traducción. No soy para nada un profesional.

Esta interesante reflexión sobre aquello que viene junto con el sexo me hizo plantearme la pregunta que titula este post ¿qué busco en el sexo? ¿qué he buscado en el sexo? y eso me llevará seguramente a la siguiente pregunta ¿has encontrado aquello que buscabas en el sexo?

En la actualidad, creo que en el sexo busco una sacudida. Algo ya he dicho por ahí en los posts anteriores. Lo que busco es una especie de despertar de mi sexualidad que se ha vuelto predecible, monótona y en muchos casos, convencional. Busco en el sexo un otro yo, un yo escondido, lleno de energía y de interés por probar, pero no probar cosas radicalmente nuevas necesariamente. Busco probarme a mí en mi energía sexual, busco alcanzar niveles de comunicación mejor, busco profundizar, autoconocerme, explorar al otro para explorarme a mí, en mi interior. Busco ahora que el sexo con mi pareja nos una de un modo distinto, nuevo y no que nos aísle, nos separe, como parece que ha estado sucediendo. No estamos en problemas ni mucho menos pero siento que no estamos conectados. Busco eso, una conexión, más a nivel espiritual que físico o bien físico como camino a la comunicación espiritual. Busco tener una razón más para estar con él en estos momentos. Además del cariño, de la comunicación, de la admiración mutua, del intercambio de ideas y del compañerismo y la solidaridad, lo que busco es la clave para necesitarlo, para sentir que me hace falta sexualmente.

En otro plano, dejando a un lado el asunto de pareja, lo que busco depende del género con el que me involucre. Creo que así es, que los objetivos serían diferenciados si es un género o si es el otro. Con una mujer busco lo que he buscado siempre, sentirme hombre, sentir que juego mi rol, que estoy para eso, que entiendo la intención de la naturaleza al hacernos complementarios. Busco esa confortable sensación de saber qué hacer, cómo, cuándo. Busco encarnar ese script que ancestralmente ha sido repetido. Busco conectarme con la humanidad cuando estoy con una mujer. Hago lo que otros desde siglos y siglos atrás hicieron, copular con una compañera. Busco ese sentido de humanidad de conexión con todos los demás cuando haces algo tan elemental como el sexo, como alimentarte, como dormir. Ya lo mencioné anteriormente, cuando salía con Audrey y me quedaba a dormir en su casa, muchas veces le decía que estar dentro de ella era como llegar a una isla en medio del mar después de haber nadado durante muchos días y días, sin ver tierra firme. Es avistar puerto seguro cansado de navegar. Lo que busco con el sexo en una relación con una mujer es más o menos eso. Es la satisfacción de la llegada después de tanto tiempo de espera.

En cambio, con un hombre, lo que busco en el sexo es distinto. A diferencia de lo que siento con las mujeres, no me siento especialmente masculino. Tampoco femenino, para nada. Siento más bien que soy una persona, tal como dice aquella vieja canción del grupo Mecano "no soy ni hombre ni mujer, solo soy una persona". En el sexo con un hombre busco la transgresión, busco la adrenalina a full, tanto que el corazón me pueda estallar. Busco el sentimiento de hacer algo absolutamente prohibido, que no todos se atreven. Busco eso, ser valiente, atreverme, gozar la libertad, eso, la libertad de hacer con mi cuerpo lo que yo quiera. De no haberme quedado con la duda, de haber experimentado y haber entendido que hay una parte de mí que se siente atraída por los hombres, pero eso no es todo lo que soy. En el sexo con un hombre busco la igualdad, la espontaneidad, la inexistencia del script. Puede que me toque penetrar o puede que me toque ser penetrado. Puede ser que hoy sea el fuerte y el dominante o puede que me toque ser el dominado.

Lo que me llevó a esta reflexión es eso. Ahora que reviso los dos párrafos anteriores veo que nunca dije que con el sexo busco el amor. No sé si con el sexo busco sentirme amado. Ciertamente no busco amor en ese momento, lo que busco es pasión y un estado alterado diferente al amor. Lo cierto es que con el sexo uno busca algo que viene adjunto. Nunca es el sexo por el sexo en sí mismo, es más bien el sexo con una significación. El sexo como signo de otra cosa, el sexo como un camino para alcanzar algo etéreo, intangible, huidizo.

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