miércoles, 23 de mayo de 2007

Sex and the web



Un multiabordado tema de la era contemporánea es la relación que hay entre las nuevas tecnologías y el sexo. Que si son positivas para el desarrollo de la sexualidad humana, que si son adictivas, que si el abuso, que si la ilegalidad, que si la despersonalización. Más allá de definiciones sesudas de expertos en la materia, acá mi opinión y mi experiencia personal al respecto.
En todos estos años y desde que tuve a mi disposición el uso de internet en mi casa, he sido usuario de un montón de ofertas de sexo a través del internet. He chateado con hombres y mujeres en salones dedicados a hablar de sexo. Con algunos hombres me he citado y nos hemos conocido personalmente. He visto millones de fotografías pornográficas, eróticas, desnudos artísticos, etc., que me han excitado sexualmente y con las que he disfrutado muchas, muchas veces. He participado en sesiones de webcam en las que he visto a usuarios no profesionales desnudarse, mostrar lo que tienen e incluso obedecer algunos de mis deseos en cuanto a qué quiero que hagan y cómo. He leído una cantidad innumerable de artículos relacionados con la sexualidad y el erotismo que he encontrado en sitios web de todo el mundo. En mi correo electrónico recibo alertas de artículos sobre esos mismos temas y procuro revisar algunos que me interesan. Últimamente, he revisado muchos blogs que hablan, igual que éste, de experiencias personales y de la vida sexual adulta. Esos blogs han sido parte fundamental de inspiración de este que yo estoy haciendo ahora. Algunos de los que me parecen interesantes, entretenidos y sobre todo bien escritos están anunciados en el lado derecho de este blog.
Con todo esto quiero decir que mi experiencia en actividades sexuales mediadas por la computadora ha sido vasta, pero no creo que sea tan variada si comparamos la enorme oferta que hay en este universo cibernético en la actualidad. Algunas ni siquiera se me ocurre que existen. En todas las actividades que mencioné he encontrado una enorme satisfacción, tanto erótica como de conocimiento. He tenido algunos de los orgasmos más fuertes en mi vida masturbándome mientras interactuaba con otra persona en un chat o bien observando imágenes de la pornografía que más me atrae.
Justamente participando en salones chateo y conversando con gente de la cual no pude saber con certeza su ubicación geográfica, ver su apariencia física ni afirmar su identidad de género, pero inventando entre los dos una experiencia sexual compartida, me di cuenta más que nunca, que la sexualidad está sobre todo en la cabeza y que el cerebro es el más poderoso órgano sexual. La imaginación, la fantasía, la liberación del pensamiento a través de una identidad anónima (valga la expresión) fueron, para mí, los motores más poderosos para excitar mi cuerpo, mi mente y por qué no, mi espíritu.
En esas experiencias nunca cambié de identidad de género, aunque sí de nacionalidad, de nombre, de apariencia física, de profesión e incluso de preferencia sexual. Fui mexicano, argentino, venezolano y claro también alguna vez dije mi verdadera nacionalidad. Fui Bruno, Claudio, Aldo y tal vez alguna vez dije mi nombre real. Fui más alto, más chaparro, más fornido, más delgado, más joven, más viejo, más moreno y más rubio. Fui heterosexual, homosexual y bisexual. Fui fetichista, voyeurista y onanista, pero, por sobre todas las cosas, fui hedonista. Allí probé experiencias sexuales que tal vez no me atrevería nunca a llevar a cabo en la realidad, pero que compartí con otros y juntos alcanzamos orgasmos intensísimos. Si por alguna razón eso es negativo, tendrían que explicármelo detalladamente. No me arrepiento absolutamente de nada de lo que hice utilizando el internet, aunque debo decir que ahora no practico casi nada de ello. Tal vez por falta de tiempo, tal vez por falta de ganas, no lo sé, pero creo que ahora estoy en una etapa distinta en mi vida.
Nunca he tenido experiencias extremedamente desagradables en la web, aunque he llegado a ver fotografías sumamente grotescas. Pero también, uno sabe a qué se mete y con qué puede lidiar. Con lo que no, mejor no meterse. Tampoco creo que debas probar de todo en la vida, especialmente si no te atrae en lo más mínimo.
En la actualidad lo que más me interesa en este aspecto es leer blogs de hombres maduros, que analicen su vida sexual desde un punto de vista desprejuiciado y honesto. Me interesan las expeciencias y las aventuras sexuales, claro que sí, pero sobre todo quisiera leer más de hombres como yo que reflexionan sobre su erotismo, sobre sus sentimientos en torno al sexo y que liberen su alma de pesares inconfesados. Eso es justo lo que estoy haciendo yo acá. Si alguien tiene alguno que recomendarme, se lo agradeceré profundamente.

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